En septiembre se cumplen cinco años, específicamente el día 26, de uno de los tratados de paz más importantes en Sudamérica en la época moderna. Ese día y después de muchos meses de negociaciones en La Habana, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y el líder de las FARC, Rodrigo Londoño Echeverri (más conocido como Timochenko), firmaron un acuerdo que daba esperanza a las miles de personas que durante décadas habían vivido rodeados de droga y violencia para poder sobrevivir.

Después de cinco décadas de lucha contra el gobierno colombiano, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia entregaron sus armas y sus militantes comenzaron a rehacer su vida para integrarse adecuadamente en la sociedad, dejando atrás un largo camino plagado de terror, drogas y dinero. Para los campesinos que de una u otra manera se habían sentido obligados de contribuir a las plantaciones de coca, el Programa Nacional de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito también era la promesa de una oportunidad nueva de cambiar de profesión para ganarse la vida con el apoyo de Naciones Unidas. Pero ¿cuáles son los verdaderos resultados después de un lustro de aquella firma histórica en Cartagena de Indias?

La primera ‘consecuencia’ directa de aquel acuerdo fue el nombramiento de Santos como Premio Nobel de la Paz por haber puesto fin a un conflicto bélico que durante 50 años había dejado miles de muertos por todo el país y gracias a este tratado se abría una esperanza para muchos colombianos. Pero cinco años después, los datos son más realistas y pesimistas que lo que expresidente Santos anhelaba.

Todavía no se ha cumplido ni el 70% de lo prometido

Según el Instituto Kroc, encargado de evaluar toda la agenda de implementación, hasta la fecha, únicamente se ha cumplido con el 28% de los casi 600 puntos con los que cuenta el acuerdo. Lo que demuestra que, aunque ya se han materializado algunos de los aspectos firmados, todavía queda un largo camino que recorrer para que toda la agenda sea una realidad.

Muchos campesinos que durante décadas se habían visto obligados, por un lado por la dejadez del gobierno y por otro lado por las presiones de las FARC, a cultivar coca, volvieron a otro tipo de cultivos amparados por el PNIS. Esto fue un gran comienzo, pero con el tiempo muchas promesas han ido cayendo en el olvido y no son pocos los campesinos que han vuelto a la tala de árboles para comenzar de nuevo con el cultivo de la coca.

¿Qué ocurrió con las FARC?

farc en la política

Una vez que una de las guerrillas armadas más antiguas del continente se desmovilizara y entregara sus armas, el grupo cambió su nombre por el de Comunes y empezó una nueva lucha en el país, la lucha política. Pero esto, ni la creación de la Comisión de la Verdad ni la Jurisdicción Especial de Paz, tampoco se materializó en la paz prometida.

De hecho, la violencia ha continuado. Según la institución Indepaz, durante los últimos años han sido asesinados o han desaparecido 37 personas pertenecientes a las FARC que firmaron el acuerdo, mientras que otros 126 líderes sociales han muerto solo este año en circunstancias similares. Además, fuentes no oficiales enumeran otros homicidios y masacres que no contabiliza el gobierno, pero que las comunidades rurales tienen muy en mente al indicar que la violencia todavía está muy presente en Colombia y que el proceso de paz, apenas se está iniciando. Algo que confirma José Miguel Vivanco (miembro de Human Rights Watch) al afirmar que hay regiones en las que se está a punto de volver al mismo nivel de violencia previo a la firma de paz.

El actual presidente de Colombia, Iván Duque, lleva tres años en el poder y cuando únicamente le queda un año más de mandato, recuerda que durante todo su tiempo en el gobierno ha tratado de sacar adelante un acuerdo que él no firmó, pero ha conseguido que avance hacia los objetivos propuestos.

¿Cuáles fueron las consecuencias de las FARC en Colombia?

La sociedad colombiana recuerda con mucha amargura todas las muertes y presiones a las que ha sido sometida por un conflicto bélico que duró cinco décadas, una situación que no debería repetirse. Por ello, el Centro Nacional de Memoria Histórica ofrece los siguientes datos a tener en cuenta para seguir apostando por la paz en Colombia:

  • Entre 1958 y 2018 hubo más de 260.000 muertos por este conflicto.
  • Durante este periodo de tiempo, también se han contabilizado más de 80.000 desaparecidos.
  • Entre 1985 y 2019 se estima que la violencia ha desplazado de su lugar habitual de residencia a más de 8 millones de personas.